7.16.2014

Entre elfos y piratas, Sapos y princesas

En la web Sapos y princesas nos dedican esta reseña

El Árbol de los Chupetes, entre elfos y piratas


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Seguro que te sabes bien la historia del Ratoncito Pérez y sabes qué hacer cuando se te cae un diente: lo pones debajo de la almohada cuando te vas a dormir y, a la mañana siguiente… ¡Sorpresa: un regalito o una reluciente moneda! (Si has sido muy bueno, quizás te sonría la fortuna hasta con un billete). Pero, ¿qué pasa con los chupetes?
A veces se los lleva también el Ratoncito Pérez para sus bebés; otras, los Reyes Magos. Y hasta existe un árbol mágico, por el que merodean duendes y piratas, en el que lo puedes dejar y sellar un pacto eterno de amistad con la naturaleza.
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Al Sur llegó un buen día una antigua tradición escandinava que echó aquí también fuertes raíces. En los países nórdicos, cuando los niños dejan de ser bebés y ya son un poco más mayores, la familia asiste a un curioso ritual: la costumbre de dejar su chupete en el corazón de la naturaleza. Entonces lo llevan al bosque y lo cuelgan enlazado a un árbol. A cambio, los duendes del bosque protegen al niño para siempre.
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En realidad, es un pacto con la naturaleza, a la que el niño estará conectado durante toda su existencia. El árbol es un símbolo de esta conexión, que el niño tendrá presente en su crecimiento mutuo, cada vez que se acerque a él, que juegue en su entorno. Un árbol cuyas ramas, en primavera, le protegerán de la lluvia. En verano, con su fresca sombra, del sol. En otoño, de los fuertes vientos, y, en invierno, será su refugio del frío y la ventisca.
¿Pero cómo esta hermosa tradición llegó a España y, en concreto, a SevillaAntesque en la capital hispalense, llegó a la localidad malagueña de Torremolinos, un enclave del turismo internacional, en el que el Árbol de los Chupetes surgió de una iniciativa particular. Alguien, quizás un escandinavo,  llegó un día al Parque de la Batería, y colgó un chupete en uno de sus árboles, en un bello olivo mediterráneo. Todo un símbolo: la tradición de los abetos nórdicos había arraigado con esta otra forma en el Sur.
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Poco a poco, el olivo fue llenándose de chupetes y se convirtió en el colorido árbol que es hoy, y que Marga Lama, de Petit Foto, descubrió y, casi hechizada, fotografió. Su foto navegó y navegó por las redes de Internet, hasta que surgió la iniciativa de crear unÁrbol de los Chupetes para Sevilla. De la mano de Marga Lama y Carmen Cabrera, de La Gallina Pintadita, nació el proyecto que hoy, gracias a la colaboración popular yal apoyo del Ayuntamiento de la capital hispalense, es toda una participativa realidad en el Parque de los Descubrimientos, popularmente conocido entre los sevillanos como el“Parque del Barco Pirata”, en el Paseo de Juan Carlos I, junto al río Guadalquivir y en paralelo con la Avenida de Torneo, y con la Isla de La Cartuja, antiguo recinto de laExposición Universal de Sevilla (Expo’ 92) en la otra orilla.
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Al mismo tiempo, ‘las chicas del árbol’ descubrieron que había otros árboles de los chupetes, como Er Auet des Chuquetes, un abeto del Valle de Arán, en Lérida, que encontraron en el Bosque de Baricauba-Plan Batalhèr, un maravilloso lugar que había acogido encantado la tradición escandinava presente en Dinamarca, con el Árbol de Chupetes de Frederiksberg Have, en Copenhague, o en Suecia con el árbol deSkansen Park, en Estocolmo. Pero la tradición también había ido mucho más allá del continente europeo, cruzando el Atlántico, y llegando también a Brooklyn, Nueva York, con el Árbol de Chupetes de Borough Park. Y, después, a Sevilla.
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Pero El Árbol de los Chupetes de Sevilla es mucho más que un árbol en el que dejar tu chupete de bebé. Los niños que ya lo dejaron en él y muchos otros acuden a diario a contemplar los chupetes de sus ya frondosas ramas y a jugar junto a él. El parque en el que se encuentra cuenta con una amplia zona de juegos infantiles en la que, sin duda, la principal atracción es el gran Barco Pirata del que los sevillanos se han servido para renombrar esta divertida zona de juegos junto al Guadalquivir.
Además, las chicas y chicos de El Árbol de los Chupetes de Sevilla organizan tambiénfiestas temáticas en las que pequeños y mayores se lo pasan de lo lindo. De piratas, para recibir a la primavera o refrescantes para el verano (el parque tiene también zona de juegos con agua), toda ocasión es buena para compartir momentos de risas y diversión, en los que no faltan galletas con la forma de chupetes o del querido árbol, tartas o magdalenas. El Árbol de los Chupetes de Sevilla también tiene ya su historianarrada y hermosamente ilustrada en un cuento, que encanta a cuantos la conocen.
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De esta forma, con una simbólica tradición escandinava que, mágicamente, llegó con el viento del Norte hasta Sevilla, a todos les resulta mucho más fácil decir: ¡Bye, bye, chupete!

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